¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento,
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
José Gorostiza
1 – Cuadro original:
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Angel González
1 – Cuadro original:
Nota: todos los pasteles se sirven montados en passepartout
Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Manuel Altoaguirre
1 – Cuadro original:
Nota: todos los pasteles se sirven montados en passepartout
Mar de todos los mares
hoy contemplo en su espuma
otros mares antiguos:
aquel de mi primer
contacto con las playas
y el de aquellas lecturas
codiciosas e incómodas
bajo algún tamarindo.
y aquel otro del trópico
sin huellas de turistas
con esa pulpa tierna
que ofrece el cocotero.
Ernestina de Champourcín
1 – Cuadro original:
El mar me pertenece
lo hago pasar entero
entre mis manos ávidas.
Lo acaricio le doy
la única mirada
sencilla que me queda
la que aún no han manchado
ni el miedo ni la muerte.
Ernestina de Campourcín
Viento potente y silbante. Viento que flota y se desliza por la superficie marina, produciendo un estruendoso rugido, cual león persiguiendo a la hembra en celo. Viento que arrastra unas tras otras algodonadas mantas de brillante blancura y continua movilidad. Viento que siempre rompe y desgarra, levanta y arremolina esas variopintas, finísimas y diminutas gotitas, que vuelan desde la cresta espumosa hasta perderse en el azulado horizonte, en un último y desesperado intento por evitar el cruento golpe al fundirse el mar y la tierra, la tierra y el mar, el agua convertida en ariete y la resistente muralla con que la misma naturaleza se enfrenta a modo de fortaleza escarpada, ya endurecida tras la permanente erosión y la caída desprevenida de algunos de sus defensores desde sus torres.
Constantes oleadas de silencio
donde canta el mar.
¿Dónde?, ¿dónde están los niños?
Gloria Fuertes
1 – Cuadro original:
Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.
Pablo Neruda
1 – Cuadro original:
Ciertamente se le parece
este pequeño dibujo hecho a lápiz.
Bosquejado de prisa, en la cubierta del barco,
una tarde mágica,
con el mar de Jonia a nuestro alrededor.
.
Se le parece, pero en mis recuerdos es aún más hermoso.
.
Era de una sensibilidad casi enfermiza
y eso iluminaba más su rostro.
Y más hermoso me parece ahora
cuando mi alma lo evoca fuera del tiempo.
.
Fuera del tiempo. Es tan antiguo todo…
El dibujo, el barco y aquella tarde.
K.V. Kavafis
1 – Cuadro original:
Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno…
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan… Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía… Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
Manuel Machado
1 – Cuadro original: