La importancia del centro de interés en una pintura
Un cuadro debe de tener un centro de interés o de atención. Este es el lugar en el que confluyen las energías visuales del cuadro. Toda buena pintura cuenta con un recorrido visual, que dirige la mirada hacia ese centro de interés. Este es el elemento principal de la composición y los demás se subordinan al mismo.
El centro de interés funciona muy bien cuando logra aunar las energías físicas y visuales del cuadro con las emotivas. Aun así, no hay que olvidar que todas las partes del cuadro deben de ser interesantes por sí mismas.
Donde colocarlo: la regla de los tercios:
La ubicación del centro de interés no suele ser al azar, sino que hay unas ubicaciones características. Podemos emplear la regla de los tercios, para localizar estas zonas y crear composiciones que sean a la vez dinámicas y estables.
Para hallarlos divide el formato de tu pintura en tres secciones iguales, dibujando dos líneas horizontales, que lo crucen de extremo a extremo, separadas entre sí por la misma distancia. A continuación haz lo mismo con dos líneas verticales. Escoge una de las cuatro intersecciones para ubicar en ella el centro de interés del cuadro. También puedes emplear una de las líneas horizontales para colocar en ella la línea del horizonte (alta o baja según te convenga más).
Cómo trabajarlo:
Encuentra el centro de interés lo primero y trabaja desde allí hacia afuera. Cuando en un cuadro encuentras con claridad ese punto de interés, es más fácil acabarlo y resolverlo. Procura también no colocar demasiados elementos que debiliten la atención que este requiere. Trata de ubicar en el centro de interés:
– Los contrastes de oscuros y claros más intensos.
– Los colores más intensos y contrastados.
– Los contrastes de calidez y fríos principales
– Las líneas y formas más recortadas y definidas
– Los contraste de formas más notorios: (vertical /horizontal, simple/complejo arquitectura/orgánico)
Graduando la intensidad de estos matices, podemos jugar con el centro de interés para que seas más o menos evidente.
La regla de los tres estilos:
Una sencilla regla puede ayudarte a trabajar bien el centro de interés:
Divide el cuadro en tres círculos concéntricos que partan del centro de interés. Píntalos según este patrón:
- El 1º, que corresponde al centro de interés, píntalo en estilo realista.
- El 2º, que corresponde a la siguiente área de atención, píntalo en estilo impresionista.
- El 3º, que corresponde a la zona más periférica y de menos interés, píntalo en estilo abstracto.
Por supuesto, esta es una regla general, que admite numerosas excepciones.
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