DIEZ RAZONES PARA REGALAR ARTE
Cuando llega Navidad, tenemos bodas, aniversarios o celebraciones especiales, siempre deseamos hallar un regalo que sea original, distinto, que sorprenda y provoque el agradecimiento y reconocimiento en la personas que lo reciben. Algo que sea singular y recordado especialmente por quien lo recibe.
Sin embargo. en nuestro país está ya casi extendida universalmente la costumbre de regalar o ingresar dinero en la cuenta corriente de los novios, amigos, etc. Esta costumbre, sin duda muy práctica y muy agradecida por los novios, tiene sin embargo algún que otro inconveniente:
Inconvenientes de regalar dinero:
- Se pierde el sentido del regalo como una experiencia en la que pensamos en los gustos e intereses de la persona y tratamos de satisfacerlos o sorprenderlos gratamente. En cierta medida, dejamos de interesarnos por ella a un nivel más personal.
- En su lugar, el regalo se convierte en un trámite frío, práctico e impersonal. Ordenamos una transferencia, resolvemos “el asunto” en tres minutos y pasamos a otra cosa.
- Muchas veces el regalo se convierte en algo un poco prosaico: tanto dinero pones o me das, tanto me aprecias. No hay lugar al regalo imaginativo, para la ilusión o a la sorpresa creativa.
- El regalo-dinero no deja ningún recuerdo perdurable de la persona que lo regaló o el momento en que se recibe. Nuestra aportación pasa a fundirse en la cuenta corriente con las de los demás. Pasado un tiempo, no queda en la vida de los homenajeados ningún rastro nuestro. El dinero se esfumó y con él la memoria de las personas que lo regalaron.
- La costumbre de regalar dinero está derivando en celebraciones cada vez más multitudinarias ya que cuantos más invitados, más dinero ingresan los novios. Al final se pierde el sentido de la celebración como algo personal que se desea compartir con los seres más queridos y se convierte en una carrera por conseguir más invitados y así más dinero.
Las ventajas de regalar arte:
Regalar una obra de arte, bien escogida y enmarcada, tiene ventajas y singularidades nada desdeñables:
1º.- Estamos haciendo un regalo único y exclusivo, puesto que no hay en todo el mundo otra pieza igual. Frente a los objetos industriales o las obras pseudo artesanales que venden las tiendas de regalos, nosotros ofrecemos algo especial y distinto.
2º.- Es un regalo inusual e inesperado, que sorprende. En adelante, siempre que la persona vea el cuadro, se acordará gratamente de nosotros. Nuestro acto deja una huella perdurable.
3º.- Si es una obra de encargo, se puede personalizar de múltiples formas: puede ser la pintura de un paisaje o vista que esa persona aprecie especialmente. Quizás un retrato suyo o de un ser querido. Puede incluir una dedicatoria personal del artista, las firmas de los seres queridos, etc. Las opciones son infinitas.
4º.- Es un regalo que siempre es muy bien apreciado: las pinturas y obras de arte se consideran un bien valioso, escaso y costoso al que habitualmente no se suele tener acceso.
5º.- Regalamos un bien perdurable: una obra de arte se atesora y pasa de generación a generación. Se cuida y mantiene primorosamente y habitualmente se considera entre el patrimonio más valioso que contiene una casa.
6º. – Es un bien cargado de valor social y cultural: su contemplación aporta una experiencia visual y estética que enriquece la vida de las personas que la experimentan.
7º. – Además tiene un alto valor práctico, ya que como elemento decorativo que siempre encuentra un lugar destacado en la vivienda de quien lo recibe.
8º. – Las obras de arte siempre confieren un valor de exclusividad y distinción a la estancia en la que se encuentran.
9º. – Es un regalo nunca pasa de moda y además se revaloriza como inversión patrimonial: el arte tiene de media un 10{29f27f58ec01dbe2d8c06b62011480450d985c08d71027292d2b48fb380ae7ee} de revalorización anual.
10º. -Económicamente, el arte es más accesible de lo que se cree: es fácil encontrar obras originales y de calidad a partir de 100 €. Si el coste del regalo se comparte entre varias personas, se puede acceder a obras de gran calidad y tamaño, a costes relativamente reducidos.
Por todo ello, regalar obras de arte es ofrecer una magnífica combinación de belleza, cultura, patrimonio y cariño, que al final es lo más importante.