Cómo dibujar árboles fácilmente en 10 pasos
Dibujar árboles es una actividad gratificante que te será muy útil en tus bocetos y dibujos de paisaje. Esta técnica te permitirá representar árboles mostrando su follaje de una manera estructurada, rica y con un atractivo contraste de claroscuros. La puedes emplear con el lápiz grafito, pero también funciona con otros medios de dibujo como cretas, carboncillo, etc.
Es un método con el que avanzamos progresivamente de los tonos claros a los oscuros. Si estuviéramos pintando sería diferente, ya que la opacidad de las capas de pintura (oleo, pastel, etc.) aconseja trabajar de manera inversa: aplicar primero una base de colores oscuros, sobre la que luego superponer otros más claros y luminosos.
Con este método aprenderás a dibujar arboles individualizados. Más adelante aprenderemos a representar boscajes con una técnica ligeramente diferente.
El procedimiento:
Como siempre, partimos de la simplificación máxima inicial para llegar luego al detalle
Paso 1: identifica y dibuja simplificadamente la silueta del árbol
Dibuja la silueta aproximada del tipo de árbol que quieres dibujar. Cada árbol tiene una bien definida. Obsérvala y representa su contorno de forma aproximada, sin entrar en detalles.
Paso 2: dibuja de la copa del árbol.
Divide la copa del árbol en “globos” o “bolsas” que sigan de manera aproximada y simple la estructura y distribución aproximada de las ramas y el follaje del árbol.
Paso 3: observa de donde viene la luz.
Observa y decide desde donde incide la luz solar. Eso muy es importante para decidir la distribución de las sombras que luego estructurarán el árbol. Para identificarla con facilidad, te puede ayudar mucho hasta dibujarte un pequeño sol, que te permita ver con claridad que zonas estarán en sombra y que zonas tendrán luz.
Paso 4: haz un sombreado básico.
Inicialmente vamos a resolver el sombreado con sólo tres o cuatro tonos básicos:
- Luces: fondo del papel.
- Zonas claras: gris claro.
- Zonas semi obscuras: gris oscuro.
- Zonas de sombra: gris muy obscuro o negro.
Siguiendo ese patrón de luces y sombras, aplica una primera mancha de color oscuro en aquellas zonas de la copa que sean de sombra. Hazla de manera individual en cada una de las “bolsas” o “globos”, teniendo en cuenta una valoración general.
A continuación aplica un segundo tono intermedio en las zonas siguientes, para lograr un efecto de tono intermedio.
Por último, aplica uno menor en las zonas claras.
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Deja las zonas superiores y aquellas donde incide más directamente la luz solar en blanco.
Paso 5: funde unas zonas con otras.
Observa el conjunto y funde unas zonas con otras, para lograr un efecto natural y continuo. Así haces desaparecer las divisiones muy marcadas y lineales entre zonas, que dan una apariencia artificial.
Paso 6: sombrea el tronco:
Cada árbol tiene una forma y grosor propio de tronco. Inicialmente piensa en él como un cilindro que se va retorciendo y estrechando a medida que asciende.
El tronco suele ser una de las zonas más oscuras, ya que buena parte de él queda bajo la sombra de las ramas inferiores. Aplica una sombra consistente, que se vaya desde la zona inmediatamente cercana a la copa, hacia abajo. Si el dibujo te lo permite, trabaja un poco la textura del tronco. Es un recurso muy atractivo.
Paso 7: haz la sombra proyectada en el suelo:
Contribuye mucho a dar solidez al conjunto. Observa donde debería de estar según la posición del sol y represéntala de manera más intensa en el centro y más rebajada hacia afuera
Paso 8: cuida las ramas:
Las ramas contribuyen mucho al realismo del dibujo. Además con ellas puedes trazar delicados arabescos que aportan gracia y encanto al dibujo. Evita que sigan un patrón simétrico y tosco. Repártelas de manera desigual pero estructurada por el árbol.
Por supuesto, las ramas siempre son más finas que el tronco y su anchura va decreciendo hacia los extremos. Evita dibujar las ramas de forma igual y muy marcadas. Mejor emplea un trazo sensible, con diferentes niveles de intensidad y en el que los extremos de las ramas apenas están insinuados. Con ello lograrás una sensación de gracilidad y mucho realismo mayor.
Paso 9: insinúa las hojas.
No tiene sentido tratar de dibujar las hojas una a una. Simplemente insinúa un poco su forma en los extremos del follaje o en las zonas centrales. Es más “dar la sensación” de que están allí, que dibujarlas.
Paso 10: Mantén algunas luces por el centro de la copa.
Corresponden a las zonas de más intensidad. Permite que el blanco del papel aparezca en esas áreas.
Haz dibujos hasta que obtengas un resultado satisfactorio. Verás como con el tiempo mejorarás espectacularmente y este tipo de dibujos se convierte en algo muy gratificante.