CÓMO PINTAR PAISAJES AL AIRE LIBRE (II): CONSEJOS Y PASOS
ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS
– Se paciente contigo mismo:
Pintar al aire libre no suele salir bien a la primera. Es más dificil de lo parece, por lo que concédete varios intentos hasta que empieces a obtener resultados satisfactorios.
– ¿Como escojo el tema?
En base a tu estado de humor, soltura pintando, tamaño del soporte y sobre todo que te resulte atractivo. Aquí es de gran ayuda el “visor de paisaje” ya que facilita individualizar temas y motivos, para valorar su atractivo.
También es bueno observar el mismo motivo bajo distintos puntos de vista.
– Busca un motivo sencillo:
Salvo que se tenga mucha soltura, es mejor realizar una vista sencilla a uno de gran complejidad en el qué es fácil perdernos. A medida que ganes experiencia, puedes plantearte composiciones más ambiciosas.
Fotografíalo:
Así, si no lo puedes acabar en el lugar, lo podrás finalizar luego en casa. Además luego es muy interesante comparar la imagen real y la impresión pintada.
1.- COMO COMPONER Y HACER EL DIBUJO PREVIO
- Prueba a hacer un pequeño boceto previo:
En un papel aparte, te puede ser muy útil hacer un pequeño croquis o esbozo, antes de hacer la composición definitiva en el cuadro. Así ensayas como distribuir los elementos principales.
- Haz un dibujo inicial en el cuadro muy sencillo:
Empieza por situar la línea del horizonte y sobre ella los motivos principales:
En él lo más importante es situar bien los elementos principales y que la corrección de las proporciones y que la composición te satisfaga a nivel general. Se cuidadoso, ya que un dibujo incorrecto te hará sufrir al pintar, pero todavía no hagas ningún detalle en profundidad, ya que al aplicar la pintura desaparecerán.

Siempre vamos de lo simple a lo complejo. Solo cuando ya tienes todo es su sitio, define algunos detalles.
- Modifica y simplifica el motivo:
No debes incluir todos y cada uno de los elementos y detalles que tienes ante ti. Eso es imposible. Quédate sólo con los esenciales, y altéralos si te es necesario para armonizar y equilibrar la composición.
- Usa la perspectiva de forma intuitiva:
Salvo que quiera una pintura de gran exactitud, te recomiendo emplear unas reglas sencillas de perspectiva para dar verismo a tu paisaje.
- Comienza por marcar la línea del horizonte.
- Sitúa los objetos principales y ves disminuyéndolos a medida que se alejan.
- Realiza una mínima convergencia de horizontales hacia puntos de fuga.
De todas formas, en próximas entradas te explicaré más cosas sobre el uso de la perspectiva.
ALGUNOS CONSEJOS INTERESANTES PARA COMPONER:
- Emplea la regla de los «tres tercios» o «sección áurea» para colocar los puntos de atención del cuadro.
Si divides tu cuadro en tres bandas horizontales y tres verticales, coloca siempre la línea del horizonte y los puntos de interés la intersección de dos tercios. De esta forma la composición es a la vez asimétrica pero también animada. La simetría perfecta produce un efecto rígido, poco aconsejable. La gran mayoría de los paisajes clásicos están compuestos en base a esta regla.
- Coloca elementos de relieve en primer plano:
Aumenta la sensación de profundidad
- Procura crear una composición atractiva o movida
Crea recorridos visuales en los que la vista sea conducida de una parte del cuadro a otra. Sobre como lograr esto ya hablaremos en detalle más adelante
4.- COMO ESCOGER Y APLICAR EL COLOR:
– Parte de un fondo ya coloreado:
Si en vez de pintar directamente sobre el lienzo o papel en blanco, le aplicas una capa de color previa, ya tienes mucho ganado. Ese fondo de color le dará al cuadro homogeneidad y te ayudará a pintar mejor. Busca colores no excesivamente intensos, ya que si no tendrán demaseado protagonismo en el cuadro. Mejor que sean un poco apagados.
– Ve de los simple a lo complejo:
No empieces realizando detalles complejos en zonas y dejando otras en blanco. Comienza manchando de forma muy general y deja los detalles para el final.
– Trabaja todo el cuadro por capas generales:
Un cuadro se construye en base a tres o cuatros capas superpuestas de pintura. Evita dejar completamente acabada una zona del cuadro y otra en blanco.
– Haz primero un manchado inicial:
Cubrimos todo el cuadro de una serie de colores básicos aplicados por zonas, con una mancha plana. Estos nos dan ya una impresión general de la composición. La selección del color dependerá del estilo que queramos realizar:
- Paisaje realista: colores quebrados que se aproximen al fondo del color real que vemos.
- Paisaje colorista o fauvista: colores muy vivos y saturados, que tengan cierta relación con el color que vemos.
En otra entrada nos dedicaremos en detalle al tema del color.
– Pinta avanzando desde lo más lejano a lo más cercano:
Es el orden lógico y ayuda a construir muy bien los primeros planos. En cada una de estas capas de pintura, empieza siempre por lo más lejano. Los detalles del primer término, siempre lo último. Verás como sale mucho mejor.
– Aplica colores y matices secundarios.
Estos nos completan la gama de colores básicos, permitiéndonos incluir más matices y detalles. Escoge los colores empleando otros que bien sean parecidos pero tengan matices diferentes o que contrasten vívamente con los principales. Todo ello crea un efecto rico y animado en el cuadro.
– Combina los mismos colores en diversas zonas del cuadro:
Procura emplear el azul del cielo en algunas partes de los primeros planos. El amarillo del prado en reflejos de las nubes. El violeta de las sombras en diversas zonas repartidas. De esta manera todas las partes del cuadro guardan relación entre sí y se logra una sensación de riqueza y a la vez de integración armoniosa de las distintas zonas unas con otras.
– Recupera el dibujo:
Redefine aquellas zonas que se hayan perdido durante la aplicación de pintura.
– Realización de los detalles y toques finales:
Ahora sí es el momento de aplicar aquellos toque de color y realce final, que le van a conferir al cuadro la gracia e interés definitivo. Son los brillos, los contrastes más acusados, los toque de color más intensos, que destacan como acentos y realces sobre la superficie pictórica. Es importante hacerlos ahora, porque es cuando podemos valorar definitivamente los que nos hacen falta y los que nos sobran.
– Borra y rectifica todo lo que sea necesario:
Todo lo que hayas hecho que no te guste, elimínalo sin dudarlo.
– Coloca un motivos o punto de atención referencias anecdótico:
Una casa, personas, animales, aunque no estén en el paisaje real, le pueden aportar al cuadro un interés añadido que en muchos casos servirá para completar y animar el mismo. Le dan movimiento o crean nuevos centros de atención.
– Por último, ¡fírmalo!:
Busca una firma que sea atractiva y reflejo de tu personalidad y ¡animo!
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Una informacin muy buena, es lo que estaba buscando. Millones de gracias. Saludos.