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Mediodía en la montaña
Yace (a la sombra que la gran montaña
las dos Castillas, árbitro de hielo,
divide altiva en el hisperio suelo)
florido un valle que Pisuerga baña.
Aquí tu aurora espíritu acompaña,
Grabiel tan vivo que, mudando cielo,
pudo su pluma, con inmenso vuelo,
del sol de Italia ser Faetón de España.
Si el carro de oro no conduces solo
no te aguarde el Erídano Occidente;
por su eclíptica vas de polo a polo.
Sigue sus paralelos felizmente,
sol castellano del latino Apolo,
que a su lado tendrás eterno Oriente.
Lope de Vega
1 – Cuadro original: