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Sierra Nevada
Cantar oigo los vientos de mi Sierra Nevada;
La de nieves perpetuas e inefable balada.
De belleza gigante, rotunda y colosal,
Grandiosa su presencia, su perfil peculiar.
Sus soberbias laderas anduvieron las recuas
De mulas, abrumadas de carga por sus sendas
Y los bravos neveros que en las cimas excelsas
Sacan el duro hielo de profundas cavernas.
Y regresan cantando por estrechas gargantas
Hasta la seca urbe que su frescor aguarda.
Gregorio Marañón
1 – Cuadro original:
Nota: Todos los pasteles se envían enmarcados en passepartout